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Si Galicia es la tierra de los mil ríos, OURENSE es una fiel representante de la misma. Hay muchas cosas que destacar en esta ciudad, pero sin duda alguna hay un elemento que la distingue del resto, y es el agua a borbotones del Río Miño, Barbaña, Lonia etcétera, sus aguas subterráneas, sus termas … la ciudad de las Burgas, ciudad milenaria., Auriense, “la ciudad de oro”, da Ponte Vella… pero como contraste también moderna , a nova Ponte do Milenio, los diseñadores, la Torre del San Martín…Agua a borbotones, vida e ideas también a chorros, así es hoy Ourense.

miércoles, 31 de julio de 2013

MONASTERIO DE SANTA CRISTINA

En el municipio de Parada De Sil , entre bosques de castaños centenarios, en el Cañon del Sil, acariciado por el rumor del río y las hojas de los árboles, se asienta este monasterios de origen románico.

 
 

 El monasterio de SANTA CRISTINA tiene sus raíces en el asentamiento de ermitas que se refugiaban en las orillas del río Sil para llevar una vida de meditación y oración. Los primeros testimonios escritos aparecen a finales del Siglo X, en las donaciones que se hacen a sus abades y monjes. Desde la primera mitad del Siglo XII perteneció a la orden benedictina que construyó el primitivo monasterio y la iglesia. Los monjes realizaron una ingente labor de estimulación de la producción agrícola, especialmente el cultivo de la vid y los castaños. A partir de este siglo se ceden tierras a los campesinos a cambio del pago de rentas (cartas de aforamiento) y el monasterio recibe la concesión de importantes privilegios reales y de la protección papal.

 Fue unos de los más importantes monasterios de la Edad Media en la Ribeira Sacra, como así lo demuestran los vestigios de las vías de comunicación medievales que se conservan en la zona, restos de las calzadas y el puente de Forcas.

 Su decadencia comienza con la reforma monástica del Siglo XV y desaparece como abadía para convertirse en priorato del Monasterio de San Estevo a principios del XVI que permitirá la reconstrucción del claustro y la decoración de los ábsides de la iglesia con frescos.

En él solo permanecerá el prior y algún monje hasta la Desamortización en1835 apartir de la cual pasa a manos particulares y se convierte en granja de labor.
 
La fachada principal está dividida en dos cuerpos. En el inferior se abre la portada o entrada al templo, que es la frontera entre el exterior (el mundo) y el interior (lugar de oración)

 

Está formada por arquivoltas de medio punto sobre tres pares de columnas con capiteles decorados con cabezas humanas y motivos vegetales. Las arquivoltas, enmarcadas por una moldura decorada con ajedrezado, están en diferente plano, provocando una sensación de estrechamiento, que exige al fiel una reflexión. Para merecer entrar en le templo es preciso pasar por un tramo cada vez más estrecho. En el centro tiene un tímpano liso.


En el cuerpo superior tiene un rosetón calado con pequeños arcos lobulados que ilumina el templo.

 En las fachadas laterales podemos contemplar los contrafuertes y las ventanas saeteras que se abren entre ellos. Los centrales están enmarcadas por arcos de medio punto sobre sencillas columnas con capiteles decorados con motivos vegetales.
 
El ábside central aparece dividido por cuatro columnas adosadas. Se abre al exterior mediante tres ventanas. Si nos fijamos en los canecillos que soportan el alero podemos descubrir variados motivos configurados.

 

La Torre está ubicada en el costado norte de la iglesia. Servía para llamar a la oración, pero también como punto de vigilancia y torre defensiva. La base era una especie de locutorio para leer libros de la regla benedictina mientras los monjes hacían la procesión por el claustro. Tiene originales arcos apuntados y capiteles con talla de hojas de acanto.
y arpías encadenadas sobre el follaje. Remata en un almenado y cubierta en forma de pirámide.

 
 
 
 
 
 
 
 
Haciendo ángulo recto con la fachada está la portada de entrada la monasterio. Tiene una sola arquivolta decorada con grandes hojas de col y con doble moldura geométrica. Descubrimos figuras sedentes con un libro abierto y en el intradós (superficie interior del arco) los cuatro símbolos de los evangelistas:
 
el águila, el ángel, el toro y el león.

 
 
Del monasterio solo se conservan dos alas, en las que abren las galerías del claustro, que corresponden a las remodelaciones renacentistas del siglo XVI. Desde este se accede a las dependencias monásticas.La primera planta está rodeada por ventanas con asientos o parladorios. En sus paredes podemos ver lápidas sepulcrales de los abades. Desde una de las estancias pasamos a un balcón con una panorámica del río Sil y del Cañón