Fue lugar en el que se pensó para el retiro del rey Carlos V después de su abdicación, pero finalmente fue elegido Yuste. Con la exclaustración del siglo XIX el poder religioso es sustituido por el civil, y ya con Celanova como centro comarcal, los diferentes claustros de su monasterio pasaron a tener los usos de cuartel, cárcel, casa consistorial, y otros varios hasta el más prosaico de oficina de empleo. Las obras de acondicionamiento de que ha sido objeto se han visto recompensadas con varios premios internacionales de restauración.
La capital del municipio gira en torno al monasterio de San Salvador, fundado por san Rosendo en el siglo X. La importancia de esta abadía se refleja en las impresionantes dimensiones y lujo del edificio, con dos monumentales claustros e iglesia con porte de catedral. La fachada del templo ocupa un lado de la Praza Mayor, presidida por una fuente procedente del claustro procesional. La puerta conventual está línea con la de la iglesia, y no en ángulo recto como suele ser costumbre. El interior del templo es espectacular; su arquitectura, con el artesonado de piedra y la cúpula delicadamente ornamentada, se completa con otras obras como el retablo mayor, el órgano o las urnas de plata que guardan los restos de san Torcuato y de san Rosendo. Las sillerías del coro destacan entre las mejores de España; la más antigua es del gótico flamígero; la otra es barroca, realizada por Francisco Castro Canseco en el siglo XVIII.
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