" TRES COUSAS HAICHE EN OURENSE QUE NON HAI NO RESTO DO MUNDO:
A PONTE ROMANA, AS BURGAS E O SANTO CRISTO"
La ciudad de Ourense está situada en el valle medio del río Miño, en una zona remansada entre las desembocaduras de los afluentes Loña y Barbaña conocida como Hoya de Ourense. El clima está conformado en un microclima local que se encuadra en un ámbito de transición entre el oceánico y el continental del interior, con fríos y humedad en los inviernos y calores agobiantes y húmedos en el verano: «Nueve meses de invierno y dos de infierno», según el exagerado dicho popular.
Los orígenes de la ciudad, al igual que la propia etimología de Ourense, no nos son bien conocidos. La primera referencia aparece a fines del siglo VI en el Parrochiale Suevum, que menciona el adjetivo «auriensis» en referencia a los obispos que acudieron al concilio de Braga del año 572. Lo que sí está bien claro es que el calificativo confirma la importancia de la ciudad como sede episcopal y la fundada tradición de las riquezas auríferas de las áreas del río Miño, así como que el término de Aurea perdura en la actual Oira, en la orilla derecha del río Miño.
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