A un kilómetro del puente existente sobre el río Barbantiño, en la localidad de Viñao, tras un recorrido de aproximadamente un kilómetro y medio junto al río, se puede disfrutar de uno de los mejores y más naturales enclaves que ofrece al visitante el Ayuntamiento de Punxín, la fervenza do Barbantiño, también conocida como a do Viñao, de veinte metros.
Llegar a ella exige estar en forma, al menos un poco, para afrontar una caminata de entre 15 o 20 minutos, según la distancia de cada zancada, por un sendero precioso y bastante cuidado entre sombras y con las espaldas bien guardadas por montes y árboles y escoltando al río. Entre ellas el agua baja por las rocas a diferentes niveles poniendo a prueba la fuerza de la naturaleza y la resistencia de la piedra frente al empuje del agua a lo largo del tiempo.
Es una cascada muy conocida por los pescadores gallegos ya que junto a ella se encuentra el coto de pesca sin muerte del Barbantiño, que comprende los concellos de Maside, Amoeiro Punxín y Ourense y que acota el río durante 6,3 kilómetros de longitud.
Este colectivo, al igual que los turistas, lamentan el efecto que tuvo en la catarata a finales de la década de los 90 la construcción de una minicentral y la repercusión actual de las obras del AVE cuyo viaducto corona lo alto de la fervenza, rompiendo el encanto que supone el contacto con la naturaleza y reduciendo el número de visitantes.
A pesar de todo sigue siendo punto de encuentro y relax tanto para los amantes de la pesca y del senderismo como de los jóvenes de la comarca que se decantan por zonas de baño naturales y no muy concurridas frente a la aglomeración habitual de las piscinas más próximas, la de A Rañoa de Maside y las de Amoeiro ya que este año la reforma y modernización de las instalaciones de O Carballiño impide su apertura.
En el caso de la fervenza del Barbantiño hay además infraestructura suficiente, lamentablemente poco utilizada en la actualidad, para poder hacer un alto en el camino o en el baño en las cristalinas pero frescas aguas del río para tomar un refrigerio o simplemente descansar en el área de servicio existente, con varias mesas y bancos de piedra, integrados en la Ruta dos Muíños, formada actualmente por tres edificaciones que están en funcionamiento.
Un enclave que se pondrá en valor gracias a la firma de un convenio de colaboración a finales del pasado año mediante el cual los ayuntamientos de Punxín, Amoeiro y Maside, además de recuperar las orillas del río Barbantiño, conocido por sus truchas, construirán un ruta de senderismo a sus márgenes, desde O Bañiño, pasando por la cascada hasta el puente de San Fiz, que se completará con la construcción de pasos, barandillas de madera, puentes, pasadizos y la señalización adecuada
Un espacio natural que ofrece al visitante la posibilidad de apreciar el desgaste de las piedras, o los cambios en el caudal ya que el río baja, unas veces tranquilo y sereno y otras formando cataratas y corrientes, dignas de inmortalizar para el recuerdo.
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Si Galicia es la tierra de los mil ríos, OURENSE es una fiel representante de la misma. Hay muchas cosas que destacar en esta ciudad, pero sin duda alguna hay un elemento que la distingue del resto, y es el agua a borbotones del Río Miño, Barbaña, Lonia etcétera, sus aguas subterráneas, sus termas … la ciudad de las Burgas, ciudad milenaria., Auriense, “la ciudad de oro”, da Ponte Vella… pero como contraste también moderna , a nova Ponte do Milenio, los diseñadores, la Torre del San Martín…Agua a borbotones, vida e ideas también a chorros, así es hoy Ourense.
miércoles, 26 de septiembre de 2012
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